miércoles, 4 de febrero de 2015

Abrigar en exceso al bebé es tan poco aconsejable como abrigarlo poco. La ropa de invierno del pequeño debe ayudarle a mantener el calor corporal sin llegar a agobiarle.

​​​Los recién nacidos sienten algo más de frío que los adultos, ya que, cuando son muy pequeñitos, la piel del bebé no conserva bien el calor y lo pierde tan rápidamente como lo produce. A medida que el niño crece y adquiere más peso (a los tres meses, aproximadamente), consigue mantener el calor y consumir energía para calentarse.


Consejos para elegir la ropita del bebé 

• Las prendas para los más pequeños tienen que ser, sobre todo, prácticas, además de cómodas.

• Su ropita debe ser fácil y rápida de quitar, para cambiar al niño con mayor celeridad. Esto es especialmente importante en invierno, porque así se evitan los cambios de temperatura.
• Es mejor no utilizar prendas demasiado estrechas, pues impiden al niño moverse con libertad. Se deben elegir peleles y pantaloncitos con la cintura elástica o, incluso, abiertos entre las piernas, para facilitar el cambio del pañal.
• Hay que reducir los botones y las costuras. Las camisetas y bodis con escote a la americana son los más cómodos, pues, al tener aberturas amplias, se pueden poner y quitar con facilidad.
• Es preferible escoger prendas de fibras naturales, ya que tienen un tacto agradable, absorben la humedad de la piel y la dejan transpirar.
 
Cómo saber si está bien abrigado
Para saber si tu hijo está suficientemente abrigado, debes tener en cuenta estos tres sencillos consejos:
• Cuando tú sientes frío o calor, lo más probable es que el bebé esté experimentando la misma sensación.
• Para comprobar si tu hijo tiene calor, basta con tocarle el cuello o la frente, indicadores mucho más fiables que las manos o los pies.
• Cuando el pequeño no consigue mantener el calor corporal, da señales de inquietud, su respiración se hace más rápida y, algunas veces, también llora.


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